lunes, 11 de octubre de 2010

DE PLAZA SAN MIGUEL A WILSON (Por Miguel Aranda)

Cuando uno camina mas de 3 kilometros en un día el que mas lo agradece es el corazón, pero en este caso, que es la historia que en estos momentos me ocupa, lo agradecen mas mi estado de animo y mi mente.

Salir de un punto y llegar a otro diametralmente lejano solo yendo a pie es algo que en la Lima de ahora (ex Lima criolla) ya no se ve, darse ese lapso de placer fisico con otra persona es casi como bordear la locura ya que significa contradecir de una u otra forma a la famosa "sociedad globalizada" con sus cambios bruscos y su velocidad de la luz; en este bastion gris en el que vivimos no hay tiempo para nada... o eso queremos.

Esta chica es genial, interesante y altamente neurotica como yo. Siendo como un burdo marinero gales debo decir en honor a la verdad que con ella "me cago de risa" todo el trayecto. Me divierto mucho, aparentemente ella se divierte mucho conmigo y a veces hacemos cambios de roles en cuanto a la consejeria mundana y de bares norteamericanos. Es muy bacan salir con ella.

Esta mujer, de amplio espectro y amplia historia, me da un lunes a la semana. Se da ese espacio para oir mis estupideces y mis destellos de genialidad (tan pocos como un verano a 40 grados en Lima), me cuenta sus cosas y yo las mias. Pasamos tan bien esas horas que cuando llega el final de la velada quiero que el dia siguiente tambien sea lunes. Espero que para ella tambien.

Siempre se empieza en el mismo punto y se termina en el mismo punto, esta seduccion entre cuerpos ajenos nos permite ver a traves del otro muchas realidades que quisieramos vivir; no somos mas que grandes amigos, porque nuestros estupidos corazones estan en stand by, pero vivimos el eterno juego de lo que un dia fue y que ya no sera. A mi parecer nos vemos como un saco de boxear donde se puede sacar el estres de la semana y del dia, me gusta esa idea porque le soy tan util como ella a mi; el trayecto es una cosa de locos pues andamos entre rajes, lagrimas y chistes crueles (pero sobre los demas siempre) y bueno, siempre llegamos al final del camino con la consigna realizada. Siempre terminamos mas tranquilos luego de vernos.

Cada lunes, camino a mi cama, siempre tengo la idea soldada a mi mente que la vida nos ha golpeado mucho a ambos, que tal vez no es compatibilidad sino identificación el motivo que nos hace caminar tanto, pero no importa porque ella esta ahi y yo tambien. Pronto sera lunes y volveremos al ritual de limpieza chamanica de siempre, volvera a ser lunes y estoy seguro que tendrá tanto que contar como yo, volverá a ser lunes y volveremos a sentirnos queridos por alguien que esta obligado a querenos, volverá a ser lunes y simplemente (y felizmente) la volveré a ver.

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