viernes, 17 de septiembre de 2010

La última vez que vi la luz (Por Miguel)

Fue el viernes más bizarro de mi vida, no se cómo pasó (la verdad que si lo se, pero no quiero reconocerlo), pero se que dije adiós. No pude decir no, la verdad que era de aquellas de perorgullo y la realidad se encargó de violar mi virginal idealismo.
Solo se que pasó, se acabó el sendero y las cosas volvieron a ser de uno pero algo grises, fue un viernes muy bizarro porque no sentí el odio característico de la ausencia ni del rechazo, muy por el contrario, hubo la paz del jugador luego del tiempo extra, no importa si se perdió o se ganó.

Ahora hay mucho de todo y poco de azucar, lo agrio tiene un sabor seductor y las personas vuelven a verme más allá de mi mismo (o tal vez ahora me ven a mi como soy), solo que ahora estoy o aparento estar más tranquilo cuando las caballerías arremeten contra la memoria y las ansias son controladas con nuevos recuerdos de un pasado muy antiguo. Más que eso, creo que es el precio de la libertad. La soledad en un cuarto oscuro en el que eres el rey y tienes una caja de infinitos fósforos, pero siempre llegará alguien a iluminar el cuarto con otra caja de fósforos. Eso espero. 

En fin, es el principio del otro cielo y otro infierno, pero siempre al nuevo que conmoverá, horrorizará o en el mejor de los casos solo pasará de largo.

0 comentarios:

Publicar un comentario