viernes, 24 de diciembre de 2010

¿FELIZ NAVIDAD? (Por Miguel Aranda)


Sábado 25 de diciembre, 12:20 a.m. En algún lugar de Lima.

Fondo musical de Mikel Erentxun y el mejor réquiem a tantas cosas. Donde uno simbólicamente nace y otro realmente se deja morir. Las palabras de algo que nadie necesita encuentran su tiempo de ser escritas en una noche de todos, en la que ninguno ve hacia acá. Un discurso depresivo o solo una descripción de la realidad, la más subjetiva de la historia.

Una evaluación… amistades para siempre y amores para nunca. Este es el fin de año, el fin de una historia y el principio de otra. Porque el tiempo en su más pura forma es anacrónico y emocional. Hoy en la Lima gris, de la que todos nos quejamos, ha encontrado refugio y cobijo el alma de un iluso, de una polilla. Y sí, aun hay mucho que andar y placeres que saborear pero en esta noche de eterna soledad (aun cuando solo dure unas horas) se hace menester homenajear aquella nostalgia de lo que no se tiene y de lo que no se pudo tener. A la Princesa y a la Rosa. Camino de dulces y de sinsabores.

Pero hoy se ha vuelto el mejor de mis días, porque tengo un recuerdo de larga data y un verso para el alma imposible de mi amada, hay espacio, tiempo e intención. Hay pensar y recitar…. Hay un par de pasados duales que son como el jardín de senderos que se bifurcan, hay homenajes para insolentes historias de irrespeto a la cordura y noches de documentales (¿Te acuerdas Rosa?); de las cuales salieron siempre los versos mas inocentes pero sinceros que mi mano ha creado.

Son dos, y en esta fecha en la que ponerse feeling esta de moda, me permito juntarlas en un solo comentario y en una sola intención. Son dos que tuvieron su momento y su espacio, una tuvo historia (la mejor hasta ahora) y la otra fue un grandioso sueño inalcanzable, pero sueño al fin. Ambas crearon tanto, ambas movilizaron mas que un detalle… obtuvieron el eterno recuerdo y agradecimiento.

Pero ahora he encontrado un buen lugar en la oscuridad, un buen tiempo de soledad en el que la cordura es asfixiante y gratificante. Un espacio propio lleno de libros y paginas de sociales en el que solo tengo la visita de la estampida de la memoria y el aniego de la nostalgia. Un buen lugar, un buen altar, un buen réquiem. La despedida perfecta para dos diosas, dos musas… Cada una en su tiempo y espacio, con sus consecuencias y sus provocaciones. Cada una fue un enorme motivo para hacer, un buen horizonte vertical.

25 de diciembre, 12:50 a.m. Algún lugar de la memoria. Fondo musical de Mikel Erentxun en las voces de ellas. Un corazón fracturado, una vida restablecida… Calambres en el alma.

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